No, compañeros/as, el veganismo no es un estilo de vida.

El veganismo es una postura ético-política que se opone rotundamente al especismo.

Por coherencia con esa oposición transformamos aspectos en nuestra vida. Es decir, el veganismo incluye un estilo de vida, pero no se reduce a él. Señalarlo de esta manera -reducirlo a un estilo de vida- sólo fortalece la idea fatal de que se trata de una moda, y no una apuesta de transformación.

Si el veganismo no se reduce a un estilo de vida, reconoceremos que no es suficiente con cambiar hábitos de consumo, si seguimos tolerando la existencia de un sistema basado en la explotación animal. Dicho de otro modo, si el veganismo se opone rotundamente al especismo no toleraremos la existencia del especismo, y por lo tanto, no sólo dejaremos de participar en su funcionamiento, sino que haremos todo lo posible para acabarlo.

 

El mundo que queremos no se construye desde la individualidad. Las transformaciones requieren procesos organizativos emancipatorios, que no se reduzcan a evitar hacer parte de lo injusto, sino que se ataque lo que se considera injusto. En este sentido, el veganismo no es sólo resistencia, implica también activarse y atacar esa gran maquinaria antropocéntrica especista.

En qué momento actuar

Si no te has rebelado ¿Qué esperas?
El momento es ahora.

Sólo acabando con el especismo la justicia será real, y para acabarlo, la transformación de lo que consumes es necesaria, pero no suficiente.

Acércate a organizaciones de activistas en tu ciudad. Activa el veganismo en tu contexto local. ¡Construye liberación animal!

 

 

Sharon Barón

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